Paola Parra
Sembrando Conciencia
Al igual que hicimos con las
AFP con las Isapres, ley de pesca, etc. hemos querido llevar la discusión de la
reforma educacional a la calle. Es ahí donde nos gusta explicar "en
sencillo" temas complejos. Y sobre todo cuando la gente está siendo
"bombardeada" por avisos radiales con consignas atemorizantes tales
como: "Vamos a cerrar el colegio"
Le explicamos a la gente el
negocio que hay detrás de la educación en Chile. Los colegios funcionan con el
esquema de una empresa. El alumno es un cliente (que ojalá venga de un buen
nivel económico) y como cada niño vale plata "metemos" la mayor
cantidad de niños en una sala. Los profesores se considera una mano de obra, en
la cual la idea es que sea lo menos costosa posible y que rinda lo más posible,
dejándole casi ninguna hora libre para preparar clases. El sostenedor está
pensando que el profesor prepare las clases y corrija pruebas en su casa.
Y respecto a la formación
esta se enfoca básicamente en entrenamiento de los alumnos para rendir la
prueba Simce. Como dijimos esto es una empresa, y como tal la idea es que los
ingresos sean muy elevados. Si el colegio tiene un Simce alto, más
alumnos-clientes tendrá al año siguiente. Aquí los alumnos
"problemas" o de bajo rendimiento académico son considerados la
"manzana podrida" y mejor sacarlos ya que bajarán el puntaje del
Simce y los ingresos de ese colegio se verán amenazados.
Es así como nos han impuesto
un modelo de educación que está en función del dinero, que ha creado un ser
humano autoritario, violento, xenófobo y competitivo.
La educación no puede estar
ligada al lucro porque es un derecho humano. La educación y salud deben ser
gratuitas. Esos son los dos valores máximos para el humanismo. Ellos deberán
reemplazar el paradigma actual dado por la riqueza y el poder.
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