El Gobierno anunció que las compañías de telefonía móvil
Claro, Movistar y Entel se adjudicaron las licitaciones de los tres bloques de
frecuencia para operar a partir del año 2013 la tecnología 4G en Chile.
Se trata de la evolución de la plataforma de conectividad de
tercera generación de internet móvil que hasta hoy en día funciona en el país,
con lo que se contará con banda ancha móvil que será 10 veces más rápida,
llegando hasta cinco megabytes.
A través de algunos medios de comunicación, las operadoras
ya han dicho que esta tecnología contará con “precios accesibles”, lo que es
puesto en duda por el coordinador de la Organización de Consumidores y Usuarios
(Odecu), Alejandro Pujá.
El dirigente asegura que existe una barrera de entrada para
que se puedan incorporar nuevos competidores, lo que podría incidir en una baja
de precios y en calidad del servicio.
“Cuando se trata de tecnologías nuevas que son de punta, que
suelen ser más caras, no es fácil que cualquier operador la pueda implementar
y, por lo tanto, ahí hay una barrera de entrada a nuevos competidores como es
lo que ha pasado con la entrada de Nextel, como se había anunciado, al mercado
de la telefonía, o la misma incorporación de VTR a otras áreas del negocio de
las comunicaciones, que si bien están formalmente incorporados, todavía no han
tenido los efectos que uno esperaría que tuviesen, por ejemplo, en la baja de
los precios”, advirtió.
Pujé aseguró que Odecu estará especialmente preocupado del
cumplimiento de las leyes de libre competencia que rigen el mercado.
“Naturalmente nosotros estamos atentos a cualquier conducta
que eventualmente busque impedir la libre competencia. En tribunales de la
libre competencia se han ventilado varios juicios y, de hecho, la asignación de
la banda 4G no fue un hecho pacífico entre las compañías, el Estado tuvo que
intervenir y poner unas garantías bastante altas. Por lo tanto, nosotros
pensamos que, vamos bien, pero vamos a seguir atentos a cualquier conducta que
ponga trabas a la entrada de otros actores a este mercado”, sostuvo.
Por otra parte, el director de la Escuela de Ingeniería
Informática y Telecomunicaciones de la Universidad Diego Portales, Luciano
Ahumada, explicó que en la tecnología previa, 3G, existían variadas críticas
por “cumplimiento de expectativas” por parte de los usuarios.
Ante esto, el académico llamó a realizar las inversiones
adecuadas para asegurar la calidad del servicio a través del diseño de redes e
infraestructura.
“Estamos en una tremenda posibilidad donde las compañías
tendrán que realizar grandes inversiones para poder diseñar una nueva red de
acceso basada en esta tecnología 4G. La idea y lo principal es que estas redes
se construyan y diseñen en base a conceptos de calidad de servicio y calidad de
experiencia. Si eso se respeta y son diseños apropiados en términos de antenas,
de equipos, de bloqueos en función de la capacidad de diseño de los mismos, del
número máximo de usuarios concurrentes que soportan el sistema, los reclamos
deberían tender bajar en las instancias que los usuarios tienen”, señaló.
Las empresas tienen 12 meses para llevar a cabo las
instalaciones de las redes a nivel nacional, y para equipar las 543 localidades
aisladas obligatorias adicionales tendrán dos años.
Aún así existe la preocupación por los pocos dispositivos
disponibles en el país para esta tecnología, ya que son muy pocos terminales
los que podrían sacar provecho a la velocidad 4G.
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