CURICÓ. Un llamado a primera hora
del lunes da cuenta de la falta de comida en comedores solidarios de Curicó
(Iglesia de La Merced en pleno centro y Comedor Juvenil Solidario de la Iglesia
Cristo Resucitado en el sector Aguas Negras).
No obstante al salvataje recurren jóvenes empresarios curicanos que no
desean publicidad, pues saben que la RSE (Responsabilidad Social Empresarial)
es algo que se hace entre amigos y contactos.
La forma de hacer solidaridad
está cambiando de manos. Ya no es el
feligrés sujeto a su rosario o el político farandulero el que lleva la
antorcha. Es una nueva camada de empresarios
jóvenes, cuya formación es local, lugar en el que desenvuelven sus
negocios. Conscientes y reflexivos al
momento de meterse la mano al bolsillo, se ríen a veces de los hombres de
negocios que teniendo más que ellos no hacen solidaridad concreta con su
entorno.
Consultados algunos de sus
beneficiarios, se limitan a señalar que “cada cierto tiempo hay personas que
nos ayudan sin condiciones. A nosotros
nos toca figurar haciendo la comida para nuestros viejitos y ellos nos
respaldan, incluso sin que se lo pidamos, es sinergia”, dice Juan.
Los medios desean dar a conocer
sus rostros y nombres, pero ellos se las ingenian para esconderse tras sus
teléfonos inteligentes. Quiera Dios que
sus negocios sigan siendo fructíferos para que la solidaridad sea abundante.
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