Hoy 1 de octubre comenzó a regir en todo el país la
“Norma de emisión de material particulado para artefactos que combustionen o
puedan combustionar leña y derivados de la madera” (DS N°39), norma promulgada
en noviembre de 2011 y publicada en el Diario Oficial en julio de 2012. Aunque
su entrada en vigencia estaba programada para octubre de 2013, esta se postergó
un año para permitir la necesaria certificación de las estufas.
Su objetivo
principal es proteger la salud de las personas, considerando que gran parte de
las ciudades de la zona centro sur del país sobrepasan las normas diarias y
anuales de material particulado, y gran parte de este proviene de la quema de
leña para calefacción.
De acuerdo a los
inventarios de emisiones desarrollados en distintas regiones, la combustión
residencial de leña corresponde al 45% de las emisiones del valle central de
O´Higgins, a un 89% en Talca, 55% en el Gran Concepción, un 97% en Temuco y
Padre las Casas, y un 94% en Coyhaique, por citar algunos ejemplos.
Esto tiene un
impacto directo en la población expuesta, ya que el material particulado que
resulta de la combustión de madera es altamente dañino para la salud. Un 96%
corresponde a MP10, del cual un 93% son partículas finas (MP 2,5) formadas,
entre otros, por compuestos orgánicos.
Estos últimos
incluyen sustancias conocidas por su toxicidad cancerígena, como benceno,
tolueno e hidrocarburos aromáticos policíclicos, lo que produce efectos de
corto y largo plazo, y afectan los sistemas respiratorios y cardiovasculares de
la población. Hoy hay cerca de 10 millones de chilenos expuestos a altas
concentraciones de material particulado, la gran parte de este proveniente de
la combustión de leña para calefacción.
En este
escenario, el Ministerio del Medio Ambiente no cuenta con antecedentes técnicos
que justifiquen una nueva prórroga de la entrada en vigencia de la norma. Este
año, por primera vez, se aplicó de manera masiva un plan de alertas sanitarias
entre las regiones de O´Higgins y Aysén, que implicó medidas como la
restricción al uso de calefactores, medida que demostró ser eficiente en la
disminución sustantiva de episodios críticos y de concentración de
contaminantes.
Pero para una
disminución sostenida del material particulado en el aire que respira la
población se requieren medidas estructurales. Una de ellas son los planes de
descontaminación, en los que el Ministerio del Medio Ambiente se encuentra
trabajando de manera decidida para contar al fin de este período con 14 planes
nuevos, la gran mayoría por material particulado fino y concentrados en
Santiago y las ciudades del centro sur del país.
Otra es la norma
de emisión de calefactores, atendido el crecimiento del parque de estufas. Solo
en Santiago pasaron de 80 mil a 120 mil en cinco años. Por su tamaño y
dispersión, la fiscalización de calefactores es una tarea compleja, por lo que
la tendencia en la regulación de emisiones es fijar una norma de ingreso al
mercado que permita su certificación previa a la venta. Para ello se cuenta hoy
con tres organismos capacitados para entregar esta certificación, los que
cuentan con sus respectivos laboratorios de ensayo.
La nueva norma
fija no solo estándares de emisiones, sino también de seguridad (para evitar
accidentes como incendios) y eficiencia energética. Esto último implica además
un ahorro para el usuario por la menor necesidad de leña para calefacción, y al
mismo tiempo una menor presión sobre el bosque nativo para la obtención de
madera para combustión.
Esto además
tiene beneficios concretos, de acuerdo a estudios realizados por el MMA.
Considerando beneficios en salud por la reducción de enfermedades y muertes
ocasionadas por la contaminación del aire, los días de productividad perdida o
restringida, y el ahorro en el consumo de leña de un hogar por la mejor
eficiencia energética, se estima que a nivel nacional se podrían obtener US$129
millones anuales de beneficio neto por la aplicación de esta norma.
Por cada peso de
costo, se podrían obtener hasta $27 pesos de beneficio considerando la
mortalidad asociada a la contaminación, y hasta $9 pesos sin considerar esta
última.
La norma se
aplicará desde hoy a los artefactos nuevos que operan con leña y que tengan una
potencia menor o igual a 25 kilowatts (kw). La escala determina que los
calefactores de menos de ocho kw deberán emitir 2,5 gr/h de material
particulado; los de ocho a 14 (kw) hasta 3,5 gr/h, y los de mayor potencia,
hasta 4,5 gr/h.
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