Según el académico de
la Universidad de Talca (UTAL), Iván Chacón, el área forestal tiene mucho que
decir para hacer frente al fenómeno del calentamiento global. Asegura que el
incentivo tanto del Estado como del mundo privado es clave para combatir lo que
el denomina como un efecto invernadero a nivel mundial.
Mucho se ha escrito sobre la
relación entre el cambio climático y el sector forestal. Diversas teorías
presentadas por académicos y expertos se pronuncian a favor de que las
plantaciones colaboran en combatir el calentamiento global, pero también hay
voces que se muestran contrarias a dicho efecto.
Palabra autorizada en la materia
es el docente de la Universidad de Talca (UTAL), Iván Chacón, magíster en
Ciencias Forestales con un vasto recorrido en el área, impartiendo docencia
desde 1978. Fue director regional de Conaf entre 1990 y 1991, para
posteriormente asumir cargos de relevancia en el mundo académico, llegando a
ser el decano de la Facultad de Ciencias Forestales en dos períodos (1997-2003
y 2012-1015), además de vicerrector de Docencia de Pregrado en la misma casa de
estudios (2006-2010).
El fenómeno del calentamiento
global y del cambio climático tiene como principal consecuencia el aumento de la temperatura en la Tierra. Lo anterior
ha significado que más del 90% de la energía se está almacenando en los
océanos, derritiendo las zonas árticas, así como también calentado los
continentes y la atmósfera.
La pregunta es ¿Se puede combatir
este fenómeno desde al área forestal? Chacón cree que es posible, pero que para
que eso suceda, se debe contar con tanto con el apoyo del mundo privado como
del propio Estado.
¿Cómo las plantaciones forestales pueden alcanzar un efecto positivo en
el cambio climático?
Las plantaciones forestales
tienen un efecto positivo en el cambio climático básicamente porque absorben carbono.
Es el viejo concepto que conocemos desde el colegio relacionado con la
fotosíntesis. Los árboles atraen carbono
desde la atmosfera, así como también agua del suelo, lo que posteriormente
transforman en celulosa y lignina los componentes principales de la madera. El
cambio climático tiene varios factores y uno de ellos es la acumulación de
ciertos gases, llamados gases de efecto invernadero. Uno de ellos es el
anhídrido carbónico que es consumido por los árboles y todas las especies
vegetales para vivir, crecer y respirar.
¿Qué efectos tienen las plantaciones en el cambio climático?
Cambios climáticos han habido desde
que el planeta existe, pero del que hablamos en la actualidad tiene un origen
antrópico, es decir por las actividades que hace el hombre. Producto de la economía,
cada vez más creciente y acelerada en los últimos años, ha significado un aumento
en las temperaturas atmosféricas y eso es lo que produce el cambio climático debido
al efecto invernadero. Esa acumulación de gases permite el paso de los rayos
solares hacia la tierra pero a una velocidad más lenta, lo que significa un
calentamiento de la atmósfera que ha ido aumentando muy gradualmente con el
pasar de los años.
¿Qué soluciones se pueden seguir implementando a nivel nacional y
también regional para ir ayudando desde el área forestal?
Las acciones más importantes que
puede tomar la humanidad en general es evitar la emisión excesiva de gases de
efecto invernadero. Por eso es que los países se reúnen y han establecido
protocolos que han firmado para intentar frenar este fenómeno. Pero como eso no
podemos esperar que resulte tan bien como quisiéramos, debemos implementar
otras medidas de mitigación y pasa porque hay que incentivar grandes
plantaciones de árboles para combatir el cambio climático, ya que absorben el
carbono mediante el proceso de fotosíntesis.
En Chile ¿Tenemos una real conciencia de lo qué está pasando y las
consecuencias que tiene a posterior?
Yo diría que no, todavía nos
falta mucho. Chile en las últimas décadas se ha desarrollado relativamente
fuerte, aumentando sus niveles de producción y, por ende, de nuestras emisiones,
incluso superando el promedio mundial. No obstante, como somos un país muy
pequeño se trata de cifras insignificantes que apenas representan menos del 0.5% a nivel mundial. Pese a todo ello, en el país
hay una emisión sobre el promedio y al parecer aún no entendemos lo que esto
significa.
Qué rol está jugando el Estado ¿Incentiva la plantación de árboles para
hacer frente al cambio climático?
Chile tiene una particularidad
interesante y es que a estas alturas después de décadas de sobreexplotación de
bosque nativo se frenó y en este momento está más o menos estable y es una
cualidad reconocida a nivel internacional y sus plantaciones forestales han
crecido y en ese sentido Chile es bastante neutro en ese aspecto no está
desforestando y en uno de los pocos países en el mundo en que la superficie
forestal ya sea de bosque nativo o plantaciones forestales va en aumento. En ese sentido tenemos los papeles limpios.
Documentándome en la materia pude
leer que hay científicos que plantean que no todo es positivo con respecto a
las plantaciones forestales y el cambio climático, pero un académico sostenía
que no era tan así que en lo macro si era conveniente, que son más los
beneficios que las consecuencias negativas.
Expertos en la materia aseguran que la forestación no ayuda a combatir
el cambio climático, incluso dicen que se trata casi de una campaña de las
grandes empresas para seguir con sus plantaciones.
Hay una controversia en el tema
dentro del sector forestal debido a diversas opiniones que dan ingenieros forestales, empresas forestales
grandes, medianas y pequeñas, agrupaciones y ONG, que se manifiestan en
desacuerdo con esta plantación masiva. Pero en realidad hay un problema
histórico y mucho de mito. Por ejemplo, mucha gente acusa a las grandes empresas
de haber sustituido bosque nativo por plantaciones y en realidad es un proceso
que ha ocurrido históricamente. En Chile
hubo sustitución de bosque nativo desde la colonización española, en que se fue
transformando terrenos cubiertos de bosques naturales en terreno agrícola.
Nuestro país estaba completamente cubierto de bosque desde la segunda región al
sur y cuando llegaron los españoles necesitaron comer, vivir, generar madera
para embarcaciones, casas, para obras civiles, puentes, durmientes para ferrocarriles.
Además desmontaron bosques para producir agricultura y poder sembrar sus
cultivos. Es una historia de siglos y muchos creen este problema nace con las
dos grandes empresas que hoy existen en el país, cuando es un tema algo más
complejo.
Y eso cómo se puede subsanar…
Con normas y acciones de manejo correctas
para tratar las plantaciones tanto en su desarrollo como en su cosecha. No
obstante también hay una autorregulación que va más allá de las
fiscalizaciones. Últimamente está primando la necesidad en las empresas de certificarse,
ya que les permite acceder a los mercados internacionales y lo están haciendo
con organismos muy estrictos. De lo contrario sus productos no entran a Europa y
Estados Unidos. Acá el propio mercado ha operado a favor, ya que obliga a los empresarios forestales a mejorar sus
normas de manejo y cumplir una normativa estricta para certificarse, eso ha
traído como consecuencia que se respeten
normas de manejo más amigables tanto con el medio ambiente como con la
sociedad.
O sea, según su parecer son muchos más los efectos positivos que los
contras.
Si se sustituye bosque natural por
plantaciones el efecto seguro es pésimo, pero si el suelo está desnudo y sin
vegetación, obviamente que será positivo. Y eso es lo que se confunde a mucha gente que piensa que se plantan pinos y
eucaliptos para sustituir bosque nativo y eso no es posible en Chile hoy en
día.
Habla de un efecto positivo con las plantaciones para combatir el
cambio climático, pero también hay una arista que tiene que ver con la escasez
hídrica. ¿Cómo ve usted el panorama para las próximas décadas a nivel nacional
y especialmente en la Región del Maule?
El tema de la escasez hídrica
tiene que ver con el cambio climático y con las sequías que estamos soportando.
Mucha gente piensa que son los pinos y eucaliptus los que están produciendo
escasez de agua y en realidad lo que está produciendo dicho fenómeno es la
falta de lluvia. Hace 10 años que tenemos una significativa disminución de
precipitaciones en regiones como el Maule y el Biobío. Entonces todos los
esteros de temporada que tenían agua en invierno y se secaban apenas un mes en todo
el año, hoy pasan secos 4 a 5 meses y en el futuro será en los doce meses. El
problema es que la gente tiende a comparar bosque natural con plantaciones y
esa no es la disyuntiva. Nadie va a poner plantaciones donde hay bosque
natural. El tema es poner plantaciones donde hay suelo desnudo y ahí el balance
es a favor. Sin embargo, también hay que
ser muy estricto en respetar la normativa, que dice que las quebradas no se
tocan porque deben estar protegidas con la vegetación original.
Además, tampoco estoy
completamente seguro que la disminución de las precipitaciones se deba al
cambio climático y quizás puede que estemos apenas en un período de sequía
prolongada.
Entonces ¿Cómo se pueden seguir incentivando las plantaciones?
En nuestro país tenemos muchos
suelos desnudos y sin vegetación disponibles para poner plantaciones. Pero
además hay otros que están siendo sobreexplotados en una ganadería muy
precaria, que están en manos de propietarios pequeños y relativamente pobres.
Llevamos dos o tres años sin fomentar la forestación y creo que tanto a nivel
gubernamental como desde el propio sector forestal se debe empezar a fomentar.
Por ejemplo…
El fomento a la forestación ha
existido en Chile hace varias décadas y en este momento estamos estancados.
Hace años el Gobierno entregaba subsidios a la forestación, donde el
propietario plantaba y al año siguiente
el Fisco le devolvía parte de los costos. Además, debiese llevar consigo capacitación para
incentivar y convencer a los pequeños propietarios para la conducción de su
bosque hacia productos de alto valor maderero.
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