Primero,
en la mañana sentí vergüenza y en el segundo, en la tarde, mucho miedo.
(Por
José Cervela Toledo)
Este
miércoles, a comienzos de septiembre, en un día viví dos lamentablemente
experiencias. En la primera, me dio mucha vergüenza y en la segunda, mucho
miedo.
En
la mañana, en la asistencia a la ceremonia de inauguración de la exposición
“Visito Mi Región” de la Fundación Futuro, en la plaza de armas de Curicó,
cuando intervino la presidenta de esta institución, Magdalena Piñera, señaló
que habían realizado un gran esfuerzo por traer la exposición a Curicó, la que
estará por varios días, pero pidió que viéramos un papel, el que
lamentablemente estaba rayado por esos grafitis que marca su territorio y no
aportan un arte en la calle, como el Abujon. La ejecutiva lamentó lo ocurrido,
esperando que no se volviera a ocurrir porque sin duda esto demostraría que no
somos personas civilizadas, lo que nos deja muy mal ante personas de una
institución que realizan un gran aporte a la cultura de nuestro país y región.
Con
solo el hecho que la presidenta de la Fundación mencionara eldaño, un hombre
que siempre ha estado a la cultura, de una u otra manera, me dio una gran
vergüenza como curicano.
Y,
en el segundo caso, por la tarde, mientras iba a entrevistar a un vecino de la
calle Menbrillar, fui víctima de la ira de una jauría de perros, casi
mordiéndome, hecho que no ocurrió gracias a dos intervenciones, desde un
segundo piso, de una alumna de la Escuela España y de una señora del edificio
de Chile Atiendas, antes ISP (Servicio de Seguro Social) y no de una pareja de
pololos que estaban en el paradero de la calle Membrillar.
La
presencia de perros vagos o callejeros, es un problema de ciudad en lo
sanitario y un riesgo para la integridad física de las personas, donde las
autoridades deben intervenir, pero cuando lo hacen, aparecen las organizaciones
de defensa de los animales, quienes poco o nada hacen.
¿Me
pregunto?. De haberme mordido uno o dos perros, sin duda que el daño habría
sido significativo a mi persona -más cuando me cuesta movilizarme- en lo
sanitario e integridad física de mi persona, posiblemente con secuelas y días
de reposo o más aún, de haber tenido rabia, sería peor, viéndome obligado a
interponer una demanda a la Municipalidad, porque en el caso de caídas porque
las veredas están en malas condiciones, hay que demandar al Gobierno Regional.
Ambas
experiencias nunca las debió haber vivido este ciudadano que tiene todo el
derecho de hacerse presente en algún acto, más cuando es de índole cultural y,
circular libremente por las calles y menos ser mordido por perros callejeros.
¿Qué opina usted al respecto?.
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