Carlos Martínez viaja eventualmente a distintas partes del país para trabajar en cocinería, junto a su esposa.
Fabrica muebles rústicos, entre otras ocupaciones, y asegura que sus fondos de pensión los tiene “invertidos” en su hostal, ubicado en la Región del Maule, frente al Lago Vichuquén.
El protagonista de este testimonio es oriundo de Calama, pero la mayor parte de su historia -42 años- la ha vivido en Aquelarre, lugar conocido por sus hermosos paisajes, leyendas de hechicería, artesanía en greda blanca, tallados y tejidos en telar o en coirón (planta que también se utiliza para techar chozas o casas).
Dice que siempre se las ingenia para salir adelante, ideando distintas alternativas de trabajo para autoemplearse. No sale de vacaciones todos los años, pero entiende que a veces debe privarse de ciertas cosas para lograr sus objetivos, entre los cuales menciona tener una vejez tranquila.
Carlos Martínez Martínez (49) recuerda que llegó hace unos 10 años a Fondo Esperanza (FE), a integrar el Banco Comunal (BC) “Lago Vichuquén”, uno de los más antiguos de la zona donde reside. Confiesa que a pesar de tener acceso a créditos en el sistema bancario tradicional, ha permanecido en la comunidad de emprendimiento solidario más grande de Chile por tres grandes razones: “Porque con las capacitaciones he aprendido a administrar mejor el negocio, accedo a préstamos que puedo pagar y además estoy en contacto con mis vecinos, veo cómo trabajan, salimos a comer y organizamos actividades.
Creo que es bueno compartir las experiencias que uno tiene para aconsejar a los nuevos emprendedores que van llegando. En ningún sentido hay que ser egoísta, sobre todo acá donde no es fácil tirar para arriba”, advierte.
Carlos explica que en invierno la tasa de turistas desciende abruptamente, en Vichuquén, razón por la cual se traslada con su esposa al norte y sur del país, entre Los Vilos y Yumbel, para trabajar esporádicamente en fiestas costumbristas y religiosas, preparando distintos platos de comida chilena. “En general funcionamos con un puesto mecano y en Pelequén arrendamos un local.
Ofrecemos, entre otras cosas, cordero, costillar, cazuelas, pastel de choclo, papas fritas, chorrillanas y distintos tipos de sándwich, dependiendo de la fecha y lugar”, describe.
Cuenta también que ocasionalmente se dedica a elaborar mesas de centro, de comedor, arrimos, letreros y tallados, todo con material rústico. “Para hacer muebles aprovecho la madera de árboles caídos, como el pino insigne, ciprés y lingue (especie nativa que se está tratando de recuperar, por la tala indiscriminada).
Con un tronco puedo fabricar un comedor para veinte personas”, especifica, recordando que en una oportunidad le pidieron utilizar piel de salmón para aplicaciones en madera, proyecto que se habría exportado al mercado asiático, según revela.
No obstante lo anterior, el emprendedor de FE agrega que “Su Casa” es uno de los emprendimientos más prometedores que tiene junto a su esposa.
Manifiesta que se trata de una hostería y restaurant que todavía no termina de construir. El lugar, hasta ahora, tiene una capacidad instalada para recibir a 30 visitantes. Tiene ocho dormitorios tipo suite, cada uno con baño privado, aparte de un departamento.
Lo mejor, destaca: “Tenemos vista panorámica al lago porque estamos a 500 metros de distancia”.Adicionalmente, Carlos dice que en “Su Casa” se prepara comida casera y que ha debido postergar vacaciones, entre otras privaciones, para terminar de armarla.
“Los créditos a los que hemos accedido en Fondo Esperanza nos han permitido sacar adelante el negocio. No ha sido fácil porque las familias que vienen a veranear, en general, llegan a sus casas y tienen nanas que les cocinan. Es por eso que apuntamos al turismo popular medio hacia arriba, convencidos también de que la hostería es nuestra propia AFP”.
A futuro, el emprendedor, quien en distintos momentos tuvo un local de arriendos de películas, una carnicería y un minimarket, expresa que espera poder formar un centro comercial con locales de artesanía. Su propósito: “Darle más fortaleza al turismo de acá. Cuando termine de construir el hostal, me gustaría que la gente de Vichuquén tenga más alternativas de emprender y que podamos vender todo lo que se pueda necesitar”, concluye.
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