Por Pablo Romero, ex voluntario de Fundación Daya.
Ingeniero en biotecnología de la Universidad de Santiago de Chile y
actual alumno del máster Biotecnología Molecular y Celular de Plantas del IBMCP, Valencia, España.
Las propiedades
psicoactivas y medicinales de la Cannabis,
llamada popularmente marihuana, eran ampliamente conocidas por
civilizaciones antiguas. Luego, a comienzos del siglo XX, la planta fue
declarada ilegal en la mayor parte del mundo usando como argumento sus
propiedades psicoactivas, opacando por largo tiempo sus usos medicinales. En
los últimos diez años varios gobiernos han permitido el consumo en distintos
grados y cada vez son más los países en los que se permite su uso medicinal, sin
embargo en la mayoría de ellos aún mantiene el estatus de ilegalidad y no se
hace distinción entre usuarios medicinales y recreativos.
Cada día hay más
evidencia científica acerca de los beneficios medicinales y/ó terapéuticos que
trae el uso de cannabis para el tratamiento de diversas patologías, sin embargo
para la mayoría de las personas aún hay bastantes mitos y desinformación en
torno al tema.
Es por esto que
decidí escribir esta Guía rápida para entender el cannabis
medicinal, buscando explicar de manera sencilla y resumida cuáles son las bases
de la acción del cannabis en nuestro cuerpo, en qué enfermedades puede ser
utilizado y cómo se administra.
¿Qué es el ingrediente activo y por qué produce un efecto en mí?
La planta de cannabis
es una planta anual, que produce una serie de moléculas con diversas
propiedades. Estas moléculas se producen y acumulan en grandes cantidades en
pequeñas glándulas llamadas “tricomas”, que están presentes en toda la parte
aérea de la planta pero abundan en las inflorescencias, llamadas popularmente
“cogollos”.
Entre los compuestos
producidos destacan flavonoides, terpenos y cannabinoides (llamados fitocannabinoides, por su origen
vegetal), éstos últimos pertenecen a una familia de aproximadamente 70
moléculas, donde los dos más conocidos y estudiados son el THC
(tetrahidrocannabinol, que tiene efecto psicoactivo, es decir, que “vuela”) y
el CBD (cannabidiol, que tiene nula o baja psicoactividad) ambos con
aplicaciones medicinales, pero éste último ha despertado gran interés debido a
sus bajas repercusiones en la psiquis.
Al igual que muchos
vegetales, existe una amplia gama de variedades de marihuana, las cuales son
similares entre sí pero con diferencias importantes en tiempo de maduración y
concentración de los distintos cannabinoides, responsables de que existan
variedades más eufóricas que generan risa y otras más narcóticas que dan sueño.
Ahora, el por qué
generan efectos en humanos se debe a que los cannabinoides no son únicos de las
plantas, es más, lo seres humanos tenemos un sistema endocannabinoide implicado en una
amplia variedad de procesos fisiológicos (como la modulación de la liberación
de neurotransmisores, la regulación de la percepción del dolor, de las
funciones cardiovasculares, gastrointestinales y del hígado).
Este sistema está
compuesto por los endocannabinoides (moléculas
producidas por nuestro cuerpo, hasta el momento se conocen dos: anandamida y
2-araquinodilglicerol) y los receptores
cannabinoides, que son los elementos de las células en donde se unen los
cannabinoides para producir el efecto fisiológico, tal como una llave encaja en
una cerradura para abrir una puerta.
Debido a la similitud
molecular que tienen los endocannabinoides y los fitocannabinoides, éstos
últimos pueden unirse a los receptores presentes en seres humanos, como si dos
llaves diferentes (pero parecidas) abrieran la misma cerradura, y generar un
efecto en nuestro cuerpo.
Hasta el momento se
conocen 2 receptores: CB1, distribuido ampliamente en el cuerpo
humano pero que abunda en el cerebro y algunos órganos, y CB2 asociado principalmente al sistema inmune. Hay que tener en cuenta
que todos los seres humanos somos distintos y tal como existen hombres con la
barba más o menos tupida, la abundancia de los receptores varía de persona a
persona, lo que explica el por qué hay personas más o menos susceptibles a los
efectos del cannabis. Entre las propiedades
medicinales de los fitocannabinoides destacan los efectos analgésicos,
anti-inflamatorio, estimulante óseo, anti-emético (evita vómitos y náuseas),
anti-epiléptico, inmunosupresor y neuroprotector.
¿Qué enfermedades se pueden tratar con cannabis?
Existe una larga
lista de enfermedades en las que puede ser eficaz el tratamiento con cannabis,
sin embargo no todas tienen un estudio científico que respalde su efectividad.
A continuación
mencionaré algunas patologías en las que existen estudios pre-clínicos (en
animales ó células) y/ó clínicos (en humanos): alzheimer, asma, cáncer,
diabetes, dolor, Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, Síndrome del intestino
irritable, ansiedad y depresión, Trastorno de estrés post traumático,
esquizofrenia, artrosis, artritis reumatoide, epilepsia, esclerosis múltiple,
fibromialgia, glaucoma, hipertensión, Parkinson, VIH/SIDA, Síndrome de
Tourette, Síndrome de Dravet, Síndrome de la persona rígida.
Durante mi
experiencia trabajando en Fundación Daya, organización dedicada a la
investigación y promoción de tratamientos con cannabis, fui testigo de cómo el
uso medicinal de esta planta puede cambiar la vida de las personas. Pude
ver pacientes con tipos de epilepsia refractaria —llamada así
porque los tratamientos convencionales no surten efecto— reducir
considerablemente las crisis de convulsiones, tanto en número como
en intensidad, incluso llegando a detener completamente las crisis en
algunos casos. Para estas personas eln cannabis no es una opción, sino
que es más bien la única opción.
De igual manera,
personas con enfermedades raras (para las que no existen muchos
tratamientos) han encontrado en el cannabis el alivio que la medicina
moderna no pudo entregarles, ya sea por un costo extremadamente
alto ó simplemente porque no existe tratamiento, como es el caso de
pacientes con espondilitis anquilosante y Síndrome de Satoyoshi,
enfermedades sumamente dolorosas, con pocas opciones de tratamiento.
Personas con
esclerosis múltiple y otras enfermedades neurodegenerativas se benefician
de las propiedades neuroprotectoras del CBD, ralentizando el avance de la enfermedad.
El uso de cannabis mejora inmensamente la calidad de vida de personas
con Enfermedad de Crohn, un trastorno intestinal caracterizado por
inflamación del intestino y constantes necesidad de ir al baño, pacientes
que en tratamiento pasaron de ir 20 veces al baño por día a sólo seis, una
cantidad que sigue siendo bastante pero que al menos permite hacer una vida más
normal. Respecto al cáncer, la efectividad para aliviar dolor es incuestionable
y en la mayoría de los casos logra sustituir el uso de opioides (como el
tramadol y la morfina), lo que es sumamente interesante puesto ya que a
diferencia de los opioides, no existe riesgo de
sobredosis con cannabinoides.
Me gustaría añadir
que muy rara vez una enfermedad se va a curar usando cannabis: como se habrán
dado cuenta muchas de las enfermedades tratables son crónicas y no tienen cura,
sino que el tratamiento tiene que ver más con el manejo de los síntomas,
detener el avance de la enfermedad y la mejora del bienestar general de la
persona.
¿Cómo administrar cannabis?
Cuando se escucha la
frase “consumo de cannabis” lo primero que se viene a la cabeza es un pito
humeante, sin embargo, al fumarla se pierden muchos cannabinoides y se inhalan
muchos productos de combustión dañinos para la salud. Es por esto que el cannabis medicinal NO SE FUMA, sino que se hacen
preparados que se consumen por vía oral.
Debemos tener
presente que los cannabinoides son de naturaleza lipídica, es decir que se
comportan como grasas y por lo tanto no se disuelven en
agua sino que en solventes orgánicos (como aceite y alcohol). Además,
es necesario activar los cannabinoides para que surtan efecto, ya que en la
planta aparecen de forma inactiva.
El proceso de
activación de los cannabinoides se conoce como descarboxilación y tiene lugar con el paso del tiempo ó con la
aplicación de calor (105°C aproximadamente). Si no se activan los
cannabinoides, no producen psicoactividad, lo que es ideal para usos
medicinales pero sólo conozco pocos casos en que los que los cannabinoides
inactivos tienen efecto terapéutico.
Dentro de las
preparaciones más populares utilizadas con fines medicinales se encuentra la
resina (que es un concentrado muy potente, con una apariencia similar al
petróleo), los macerados en aceite de oliva o alcohol y las pomadas, éstas
últimas son útiles para patologías de la piel y dolores reumáticos.
Ahora se preguntarán
¿Y “vuela”? La respuesta es sí, no obstante,
durante un tratamiento con cannabis la “volada” es considerada un efecto
secundario indeseado y hay maneras de disminuirlo e incluso eliminarlo.
El tratamiento se
inicia siempre con dosis mínimas por las noches
durante una semana, para que el cuerpo comience a activar el sistema
endocannabinoide y se acostumbre a los efectos del cannabis. Luego se aumenta
la dosis paulatinamente hasta alcanzar la dosis con la cual los síntomas de la
enfermedad son controlados. En algunos casos esta dosis no alcanza a producir
psicoactividad y en otros produce una psicoactividad leve, pero tolerable. Los
preparados altos en CBD generan muy poca (ó ninguna) psicoactividad, y al usar
pomadas (de uso tópico) ésta no existe.
No está demás
mencionar que el tratamiento debe ser supervisado por un experto, ya que es
necesario evaluar personalmente cada caso debido a que los cannabinoides nos
afectan de manera distinta, dependiendo del organismo de cada cual. Por
ejemplo, si hubiese un par de mellizos con la misma patología no sería raro que
a uno le baste con la mitad de la dosis que usa su hermano, para controlar los
mismo síntomas.
La marihuana tiene propiedades terapéuticas que son irrefutables, existe
la evidencia científica y personas que ya están tratando su enfermedad con
cannabis de manera efectiva, sin embargo muchos países aún hacen ojos ciegos a
la información y continúan prohibiendo en vez de generar instancias para que
pacientes tengan acceso seguro y profesional a la medicina cannábica.
Soy Cristina Pereira, contraje el VIH en 2009 Me dijeron por mi médico que no hay cura posible para el VIH. Comencé a tomar mis ARV, mi CD4 es 77. Vi un Web site del Dr. Abai también vi muchos testimonials sobre él en cómo él utiliza la medicina herbaria para curar el VIH. Me puse en contacto con él y le dije mis problemas, me envió la medicina a base de hierbas y lo tomé durante 7 días después de que luego fui para un chequeo y yo era negativo. La medicina no tiene ningún efecto secundario, no hay ninguna dieta especial al tomar la visita de la medicina Dr Abai sitio web: http://drabaiherbalcure.webs.com y en contacto con él a través de su WHATS-APP NÚMERO +2348156769001, o póngase en contacto con él a través de correo electrónico: drabaiherbalcure@yahoo.com
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